La cúspide de esta pirámide de riqueza la ocupa Bernard Arnault, cuyo imperio del lujo, LVMH, sigue floreciendo globalmente, proyectando su influencia a través de marcas icónicas como Louis Vuitton y Sephora. La destreza empresarial de Arnault no solo se limita al lujo, sino que se extiende a inversiones estratégicas en gigantes tecnológicos como Netflix y ByteDance, resaltando una visión que abarca tanto la tradición como la vanguardia digital.
El panorama de los multimillonarios también muestra una competencia reñida entre titanes tecnológicos como Elon Musk y Jeff Bezos, cuyas empresas, Tesla y Amazon, respectivamente, continúan siendo pilares de la innovación. Sin embargo, el año 2024 ha sido testigo de fluctuaciones significativas en su patrimonio, demostrando la volatilidad inherente a los mercados tecnológicos y de inversión.
Entre los diez primeros, figuras como Mark Zuckerberg (Meta) y Larry Ellison (fundador de Oracle) muestran la capacidad de adaptación y crecimiento en un entorno digital en constante evolución. Zuckerberg, en particular, ha visto un impresionante aumento en su fortuna, gracias a la subida bursátil de las acciones de Meta, que después de unos meses a la baja consiguieron una vuelta en “V” hasta máximos históricos.